jueves, 31 de enero de 2008

Correo de lectores

Meme dijo:
Querido maestro Gargantini: Tras cinco largos años de estudiar actuación sigo notado que cuando mi profesor me asigna un compañero/a para una impro o una escena con texto, el susodicho pone cara de orto. ¿Qué puedo hacer? Lo saluda y admira: Meme.
Gregorio Gargantini responde: Evidentemente, eres de madera. Tus compañeros deben sentir que cuando trabajan contigo pierden el tiempo y el dinero que le pagan al profesor. Pero no desesperes. Hay muchas cosas para hacer antes que dedicarte a la crítica teatral o al teatro antropológico.
La primera opción es negociar con tu compañero, devolviéndole el proporcional de la cuota, según las clases que tengan que pasar al frente juntos. Ofrécele una suma extra para que comente a los demás que estás mejorando y que cuando se ensaya en tu casa le convidas torta de Chocolinas (Hazlo). Esto predispondrá al grupo para que te acepte o por lo menos, disimulen el fastidio que les causas.
Por otro lado, por mis setenta y nueve años como maestro puedo asegurarte que con tesón, todos pueden actuar bien. Por lo que pensaría también, si el problema es otro. ¿Eres de esas que aprovecha para hablar de sus problemas en cualquier mínimo ejercicio? ¿Tienes mal aliento?
Si el problema persiste, evidentemente: Eres de madera. Entonces te propongo que cambies de escuela y en la entrevista de admisión asegures que nunca estudiaste teatro. De esta manera el primer mes estarás a la altura de los demás. ¡Qué linda sensación!
Atentamente. Gregorio Gargantini. Maestro – Autor – Agrimensor.